Y de repente ya no pesa.
Se esfuma, desaparece.
De repente se destraba,
Y los viejos engranajes vuelven a funcionar.
Silentes. Constantes.
Llega alguien que solo conociste el instante antes de nacer
y dice:
"El año pasado tuviste un año de mierda, pero hace unos meses empezó a mejorar ¿cierto?"
Ahí, en ese puro instante, el cuerpo se anoticia de su leveza.
El elefante en los hombros ha cambiado de dirección, bendito sea.
Y la vida fluye como renovada,
Igual que siempre, pero con el reflejo del sol.
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1 comentario:
hola tocayinia! me encantó esto, che. Buenas palabrasy además habla de vos, e inevitablemente de mi, jaja
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