sábado, 3 de julio de 2010

Brindo contigo

Orgullosa estoy de mi bien ganada tolerancia etílica.
Antes (no mucho mucho antes de ahora) era una maricona. Ahora soy presentable.
Sigo sin ser una campeona, y creo que nunca lo seré, pero por lo menos ahora puedo tomar dos cervezas al hilo y subir las maleducadas escaleras caracol que conducen al toilette.
Dos cervezas. O un fernet. Hasta dos vacitos de clericoT y sigo con la lengua desenredada.

Y esto no lo logré sola, debo reconocer, así que aquí va la lista de personas (físicas o jurídicas) sin las cuales esto no hubiese sido posible.

Gracias:
a la magia del bar de la esquina,
a la suciedad del bar de la esquina,
al ferneT tucumano, con sabor a cerro,
a las cañas, a las cervejas, a las birras, a las chelas,
a la Chela, porque ella sí es una campeona,
al grupo, porque se chupa güisqui,
al "estado civil: soltera",
al tinto gourmet,
al despecho, por ser uno más,
a los brindis,
a las mujeres que derrochamos simpatía y,
alcoholiseo romano, una noche de primavera.

QUE (LA) SIGAN CHUPANDO.

2 comentarios:

Tu inseparable amiga (gracias Herman) dijo...

Campeona!!! recuerdo la siguiente consigna: La última noche nos rompemos la cabeza! fancy dinner y un tubito por pera. Después sale fontana (no el Tanito) y recorrido por las calles. Las chicas, lo lograrán?

Feroz dijo...

ahora son dos, pronto será una (o tres con Hugó).