lunes, 26 de julio de 2010

Conformate me decía un tigre viejo

Es como ese chiste de los dos osos que van al supermercado pidiendo comida enlatada para pasar el invierno.
Nunca existió, y no creo que exista tampoco. Pero dicho así, por unos segundos al menos, todos pensamos que existió... y no solo que existió, sino que estábamos ansiosos por oír su continuación, por formar parte de ese cuento. Por que los osos coman perdices (enlatadas).
Pero fue solo un espasmo, un reflejo, un abismo.
Después empezamos a perder la noción y las certezas, y todo se vuelve confuso. Entonces ¿eran osos o rinocerontes? ¿con que plata iban a pagar las latas? ¿que hacían los elefantes en el fitito? ¿o ese era otro cuento? ¿este es un cuento o una mentira? ¿que clase de post es este?

Es justo en ese momento cuando debemos aprovechar: dejar de buscar la gracia que suponemos oculta. Y reírnos de que en algún momento creímos que osos podían ir al supermercado a comprar latas. Disparatado.

3 comentarios:

paraserunomas dijo...

Disparatado ja.

Anónimo dijo...

Como decía Cortázar... a menudo (sino siempre)la estupidez y la felicidad van de la mano. Creer, disfrutar, sin explicaciones

Meli

paraserunomas dijo...

Cha Gracia!