jueves, 12 de noviembre de 2009

È un mondo difficile

Uso la ropa como una parte de mí misma. Siempre me visto de cómo estoy, o de cómo quiero estar. La ropa me protege, me acompaña, me divierte, me da coraje, me oculta... según cuál sea mi necesidad. Y no es la ropa en tanto prenda, sino lo que esa remera o ese pañuelo representen para mí. Disfruto de ponerme alguna remera que haya sido o que me hayan regalado amigas, los zapatos y pañuelos de cuando mi madre estaba embarazada de mí, un suéter a rombos que papá compró en un viaje, los conjuntos de ropa interior o el vestido con lazo que el Cien me regaló, el piloto de tela chupable, los aros del chulo & la chula, un gorro peruano, las chatitas de cuatro euros, la cartera-llama, el vestido de las navidades, los suéters homemade, la remera que hice... En cada una de estas cosas hay una parte de mí, y cuando las visto siento la comodidad de estar "en casa".

Esta es la remera que me pongo siempre que tengo un día complicado. Si me ven por la calle, y tengo esta remera, sean tan amables de darme un abrazo. Se los voy a agradecer.

1 comentario:

Tonino C. dijo...

bongiorno principessa!