Todavía no me explico el acuerdo implícito que firmamos todos al nacer. Si no cómo se entiende que digamos la palabra "envergadura" en lugares llenos de corbatas y papeles, sin ni siquiera un esbozo de sonrisa en el rostro. Osea, EN-VERGA-DURA, no me entra en la cabeza.
Lo descubrí ayer mientras hablaba con una profesora, la carcajada fue inevitable... creo que rompí el pacto.
viernes, 27 de noviembre de 2009
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4 comentarios:
Creí que esas cosas te dejaban de causar gracia cuando cumplías 8 años
Yo también pensaba eso; pero aquí me ves, ya soplé las veinticuatro velitas y todavía funciona
Era por eso que te reías? Yo pensé que por mi manera de salivar entre palabra y palabra; o por mi maquillaje ochentoso; o por mi pelo con spray hasta la coronilla, o por mi delgadez de consumida por la merluza; o por mis ganas constantes de mandar la clase a la mierda; o por mi viciosa forma de fumar... pero no, era eso!
Era eso Over!
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